Quería escribir esta entrada el día diez de agosto, pero no tuve cerca un ordenador hasta hoy. Más vale tarde que nunca.
El diez de agosto de hace dos años fue la primera vez que tuve que decir adiós. Un adiós definitivo, un adiós que nos muestra que se acabó que solo va a quedar un recuerdo. Un adiós que cuesta, el que más cuesta. El adiós de despedida.
Todo el mundo va a tener que decir adiós a alguien, pero al ser la primera vez cuesta y mucho. Perder a un amigo no es fácil.
Diría que el peor día de mi vida, pero así de puta es la vida que siempre se lleva a los mejores.
Que injusta, duros golpes. Cómo podías irte tan joven joder, te quedaba una vida por delante.
No hay ni un solo día que no pensemos en ti. No te imaginas como te echamos de menos. A ninguno de nosotros aún no nos entra en la cabeza de que no estás aquí-
Los recuerdos nunca serán suficiente pero con ellos te mantendremos vivo.
Sé que un millón de palabras no van a hacer que vuelvas, porque cada uno de nosotros lo hemos intentado. Y por más que intento escribir esto, intento evitar las lágrimas pero es imposible.
Pablo siempre serás eterno.
Una entrada preciosa!!besos
ResponderEliminarQue bonito y triste a la vez :(
ResponderEliminar